Las escuelas atienden a un modelo, esto va en función
del régimen de financiación al que pertenecen.
En la
educación española se recogen tres modelos en cuanto a la financiación: escuela
pública, escuela privada y escuela privada-concertada.
La escuela pública: la titularidad de estos centros la posee el Estado,
que tiene la obligación de impartir la enseñanza de forma gratuita y universal,
porque así se lo ordenan los organismos internacionales.
La
titularidad de la planificación, la supervisión o ejecución directa de los
planes de estudio reside en el Estado, que a su vez proporciona y dota desde la
edificación hasta el educador, pasando por el material didáctico, para la
ejecución de los estudios.
La
finalidad de la escuela pública es que a ella pueda acceder toda la población y
producir los niveles de aprendizaje deseados.
La escuela privada: la titularidad es
particular y se sustentan con capital privado. El Estado tiene escasa
participación, pero tiene la obligación de controlar que se cumpla la legalidad
vigente en materia educativa.
El alumno
que por regla general asiste a esta institución, suele tener un nivel económico
elevado. Es una escuela que selecciona a alumno en función de su nivel
económico y social. Ya que toda la población no puede asistir a esta escuela.
La escuela
privada te brinda estudios morales y religiosos, entre otros.
La escuela privada-concertada: la titularidad es privada y en cierta medida se
nutren con fondos públicos a cambio de unas prestaciones para el Estado.
Resulta
muy rentable al Estado porque el coste por alumno es mayor en un centro público
que en uno concertado. Estos centros habitualmente ofrecen formación religiosa
y moral al alumno/a.
Hay que
hacer un matiz en el tipo de alumnado que accede a cada escuela, ya que esto va
mayoritariamente en función del nivel cultural y socioeconómico
de las familias.
La educación pública se representa en la
actualidad como laica, gratuita y obligatoria y la educación privada se
caracteriza por sostenerse con fondos no gubernamentales y por incorporar
materias, contenidos a la enseñanza.
La escuela pública es la conclusión de un
conjunto de impulsos y demandas sociales. Su carácter público, laico y gratuito
es lo que ha permitido un acuerdo cultural fundamental y común, que permite
mantener ciertos niveles de cohesión social.
La defensa de valores tan importantes
como la tolerancia y el respeto a la diversidad, implica la conservación de
acceso a la educación para amplios sectores de la población.
Cabe
mencionar que cuando hablamos de estos sistemas educativos aludimos también a
la igualdad de enseñanza y de oportunidades. Y se invita a la reflexión de la
organización institucional de nuestro sistema educativo.
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